Revista Ecran 1385, 06 de agosto de 1957. Fuente: Memoria chilena
miércoles, 7 de agosto de 2024
lunes, 24 de junio de 2024
Lira Popular Virtual de Jorge
Lillo. Saludo al Teatro Experimental.
publicado por carlos fernandois o. el junio 23, 2017
22 de junio de 2017/
EDICIÓN SEMANAL (“en la medida de lo posible”, como dijo el otro) / ESCRIBE
JORGE LILLO
DONDE SE RINDE
HOMENAJE AL TEATRO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE —CUYO PRIMER NOMBRE FUE TEATRO
EXPERIMENTAL— EN SU SEPTUAGÉSIMO SEXTO ANIVERSARIO.
La primera función
del Teatro Experimental fue el domingo 22 de junio de 1941.
Esta fecha debiera
ser conmemorada como el verdadero Día del Teatro Chileno.
Hay un nombre principal
que con su obra se amarra:
el de Pedro de la Barra
y Teatro Experimental.
No nombraré a nadie más,
pues ni justo ni oportuno
sería olvidar a alguno
de quienes dieron su empeño
por realizar este sueño,
el año cuarenta y uno.
2
Mes de junio, el veintidós,
se abría un nuevo escenario
cambiando el itinerario
para público y actor.
Desde entonces fue factor
de cultura y reflexión,
de lúcida entretención
y no chirigota vana
con que al público se engaña
desde que se alza el telón.
3
El teatro cambió ese día
la forma de ver y actuar:
el Teatro Experimental
dio la orden de partida.
Otros teatros seguirían
ese camino pionero,
que marcara el derrotero
a un teatro con contenido
que formó y que dio sentido
a nuestro país entero.
4
Tuvo
claros objetivos,
todos ellos formadores:
hizo técnicos, actores
y dramaturgos activos;
un público selectivo,
repertorio universal.
Que pudiera el hombre actual
conocer aquí, en su casa,
lo que se hace y lo que pasa
en el ámbito teatral.
5
Allí
estuvo Calderón,
con Moliére y Benavente;
con Shakespeare, el sorprendente,
Barros Grez, Ruiz de Alarcón.
Del Liceo a la función
fui a encontrarme con Ionesco,
Capuletos y Montescos,
con Cervantes y Arthur Miller
y sin salir de este Chile
realicé el viaje dantesco.
6
¿Exquisita
fantasía?
Allí está Noche de Reyes (1).
¿Dictaduras y sus leyes?
con Ana Frank perseguida (2)
y la codicia homicida,
con Macbeth y su mujer. (3)
Cazan Brujas en Salem, (4)
dando falsos testimonios.
Vi fiestas de matrimonio (5)
y un Evangelio también. (6)
7
Seis ñatos buscando autor, (7)
pa’ que les llene la vida;
reí Una Carta Perdida; (8)
¡Fuenteovejuna, señor! (9)
La mujer primer doctor (10)
y una Verdad Sospechosa. (11)
Yo vi a la Julieta hermosa (12)
también a Bernarda Alba (13)
y ni domada se salva,
la Fierecilla rabiosa. (14)
8
A LOS ACTORES Y AUTORES DE HOY:
es espejo de la vida;
la Comedia es alegría,
no estupidez sin sentido;
la Tragedia, el desafío
misterioso de lo oscuro.
¡Volvamos al teatro puro
de los dilemas humanos:
porque hoy está en vuestras manos
ser autores del futuro!
NOTAS: (1) Noche de Reyes, William
Shakespeare. (2) El Diario de Ana Frank, Frances Goodrich y Albert
Hackett. (3) Macbeth, William Shakespeare. (4) Las Brujas
de Salem, Arthur Miller. (5) El Matrimonio, Nicolás Gogol. (6)
El Evangelio Según San Jaime, Jaime Silva. (7) Seis Personajes en
Busca de Autor, Luigi Pirandello. (8) Una Carta Perdida, Ion
Luca Caragiale. (9) Fuente Ovejuna, Lope de Vega. (10) El
Camino Más Largo, María Asunción Requena. (11) La
Verdad Sospechosa, Jacinto Benavente. (12) Romeo y Julieta,
William Shakespeare. (13) La Casa de Bernarda Alba, Federico García
Lorca. (14) La Fierecilla Domada, William Shakespeare.
Foto 1: elenco de "La Guarda Cuidadosa", domingo 22 de junio de 1941.
Foto 2: Un montaje con noventa actores: "Fuenteovejuna"
Foto 3: escena de "Las Preciosas Ridículas" de Molière.
Foto 4: "La Casa de Bernarda Alba", de Federico García Lorca.
domingo, 23 de junio de 2024
83 AÑOS DEL TEATRO EXPERIMENTAL DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE
jueves, 20 de junio de 2024
DESPEDIDA AL ACTOR MARIO LORCA AGUILAR
Estoy seguro
que a Mario Lorca no le hubiera gustado ver tristeza en esta hora.
Él hubiera querido una larga mesa llena de amigos y familiares, bajo un parrón con suelo de tierra, en una tarde de primavera, allá en El Palqui, donde se crió.
Una mesa servida a la manera de De Rokha, con costillares de chancho picante, con ajo; mostos de Licantén, choros maltones o cholgas de Maullín; empanadas caldúas, codornices a la parrilla, y un par de cantoras como las niñas Carreño, que con arpa y guitarra "sufren" haciéndole empeño a lo humano y a lo divino con tonadas y cuecas.
Mario hubiera querido decirnos un poema erótico de Gonzalo Rojas o uno de amor sencillo, de Gustavo Donoso:
Hubiera querido hacernos cantar en coro, La Pancha, una canción mexicana de la que nadie ha podido rastrear sus orígenes o versiones completas: No llores Pancha, no llores negra / no llores ni hagas llorar...
Hubiera alucinado a la concurrencia con las ocurrencias de Huidobro:
Hubiera querido adivinar otra vez el traqueteo del vapor fluvial que sube, al caer la tarde por el Valdivia, y empalma con el Río Cruces hacia su natal Punucapa.
Hubiera querido un pan-poema amasado por Jorge Tellier:
Hubiera querido un fragor de trenes oscuros bajo la lluvia, que estremecen el alma y el cuerpo. Hubiera querido ver los Aromos, de Parra, que anuncian la primavera porque florecen jubilosos cuando aún queda invierno y sombra.
Mario Lorca hubiera querido subir, una vez más a una micro y ante desconcertados pasajeros que dejan de mirar sus celulares, les lanzaría a boca de jarro El Padre o La Mamadre de Neruda y, -ante lo dicho por este hombre que luego bajaría sin pedir la "cooperación" de reglamento-, ya nadie podría volver sin culpa o remordimiento a sus whatsapp insulsos y ridículos.
Decía ser tímido pero nunca le creí. Esa timidez tan particular le permitió abrir su corazón y las puertas de su casa a quien quisiera entrar. Y quien, rompiendo el hechizo, salió de ellos, lo hizo fortalecido, alegre, agradecido. Fue un optimista empedernido: pasara lo que pasara, él veía el lado positivo. Menos al Golpe. Aunque ahí vio también la oportunidad de manifestar su propio rechazo, armado de poemas. Eso no requería mayores montajes ni producción, así que se lanzó a la aventura y lo logró. Su optimismo fue contagioso y así embarcó en sus proyectos a profesionales y profanos.
Su última presentación poética fue hace muy pocos días; gastó en ella su último par de zapatos, lo que es una tradición en el lenguaje teatral.
Como en centenares de otros casos, no se puede hablar de Mario Lorca sin hablar del Teatro Experimental - ITUCH - DETUCH, que fue exterminado por la Dictadura junto a la atomización de nuestra Universidad de Chile. Mario fue alumno y actor profesional formado en ese Teatro que cambió de una vez y para siempre la manera de hacer teatro en Chile. Ese Teatro, este movimiento cultural revolucionario, recuerda, este 22 de junio, 83 años desde su fundación.
Dependerá de cada uno de nosotros si Mario Lorca Aguilar y ese Teatro entran al recuerdo o al olvido.
JORGE LILLO
/ 19 DE JUNIO DE 2024
FALLECE MARIO LORCA
EL ACTOR QUE HIZO SUYA LA POESÍA
Rita Aguilar, profesora rural de la Escuela Nº 11 de La Higuera, IV Región, iba todos los días a trabajar acompañada de su hijo Mario. Fueron tantas las clases que presenció el niño, que a los 6 años sorprendió a su madre, asegurándole que sabía leer. Rita no le creyó y abrió el silabario para que el niño uniera o-jo y ma-má. Mario leyó tan correctamente, que su madre le dijo: "Ahora que sabes leer, te voy a enseñar algo que te va a gustar toda la vida: la poesía".
Desde ese momento, los poemas, los poetas, las letras y las musas, se apoderaron de su corazón. Pero como había que ganarse la vida, Mario Lorca viajó a Santiago a estudiar Construcción Civil. Duró poco porque según él, "no tenía ninguna aptitud para la ingeniería", así que sin pensarlo demasiado en 1950, aceptó la invitación de Agustín Siré para ingresar a la recién formada Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. Allí se empapó de actuación, agradecido de encontrar un oficio que le permitiera hacer todo lo que le gustaba: convertirse en otros personajes, acercarse a la gente y leer, sobre todo leer.
Destacó inmediatamente por su altura, su voz honda que inundaba cualquier sala y el profesionalismo que lo llevó a actuar en 70 obras estrenadas en el Teatro Antonio Varas, en radioteatros, cine, televisión y al mismo tiempo, encontrarse con Humberto Duvauchelle para construir en 1986, "La noche de los poetas", un recital lírico y musical donde ambos actores tomaron la poesía como una expresión artística capaz de representar la sangre de nuestra cultura. Después de 1.337 recitales, Mario llegó a la conclusión de que "el poder de la poesía es incuestionable porque a la salida de cada recital, veo que los espectadores son más felices"