
“En 1949 con ocasión de una gira realizada por el Experimental de la Universidad de Chile acá a Concepción, el Doctor Hernán San Martín, Presidente de la Sociedad de Arte de Concepción, se puso en contacto con la directiva del Experimental solicitando la venida de un Director santiaguino para que se hiciera cargo en forma más o menos permanente del conjunto local. El Consejo Directivo de nuestro teatro acogió entusiastamente esta idea y designó a uno de sus Directores artísticos para cumplir esta misión. Para felicidad mía, yo fui el designado. Me entusiasmaba la idea de venir a ponerme al frente de este, aunque nuevo, interesante grupo de teatro (...) Desgraciadamente en esos años no se pudo llevar a efecto tan interesante proyecto, pues el grupo penquista, que aún no había sido acogido por la Universidad en aquel entonces, carecía de un presupuesto adecuado como para poder asegurar una renta a la persona que dirigiera, ya que ésta debería dedicarse por dos o tres años a organizar y a hacer marchar estas actividades, sin otra preocupación”.
Durante el segundo semestre de 1953, las gestiones realizadas por las autoridades universitarias dieron los resultados esperados. La idea era contar con Pedro de la Barra, pero en su lugar llegó a Concepción otro de los fundadores del Teatro Experimental de la Universidad de Chile, Jorge Lillo, quien dirigió con el TUC “Todos son mis hijos”.

Jorge Lillo, catalogado como una de las mejores figuras del arte escénico nacional, concedió una entrevista a La Patria, cinco días antes de iniciar las clases de actuación dirigidas a los miembros del Teatro Universitario y de comenzar los ensayos del montaje de la obra de Arthur Miller. Lillo afirmó que su presencia en Concepción tenía por objeto “colaborar con uno de los bastiones indiscutibles del arte escénico en nuestro país, que ha alcanzado una saludable y auspiciosa madurez y que, por eso mismo, debe constituirse a corto plazo, en el núcleo organizador y encausador de las inquietudes de la vasta zona sur del país”.

Según Lefebvre, las iniciativas de difusión tuvieron éxito pues el día del estreno “el viejo Teatro Concepción tenía completas sus butacas, todas las entradas habían sido vendidas y los aplausos fueron más ardientes que en otras ocasiones”.

Después del estreno la prensa local se refirió a algunos aspectos de los siguientes lenguajes de la puesta en escena: dirección, actuación, escenografía e iluminación.


El Teatro Universitario de Concepción amplió el año 1953 su quehacer artístico hacia la función docente. En abril inició sus actividades la ansiada Escuela de Arte Dramático, dirigida por Brisolia Herrera, iniciativa dependiente del Teatro Universitario de Concepción.
La escuela de teatro tenía como principal objetivo la preparación de los futuros actores y actrices del Teatro de la Universidad de Concepción. Para ello, en su primer año de existencia contempló el ofrecimiento de tres asignaturas: Actuación, a cargo de Gastón Von Dem Bussche; Dicción e impostación de la voz, dictada por María Teresa Montenegro; e Historia del Teatro, ofrecida por Brisolia Herrera, sumándose durante el segundo semestre las clases de Actuación impartidas por Jorge Lillo, Director visitante.

A mediados de abril de 1955, todo indicaba que Jorge Lillo tomaría las riendas del teatro universitario. El candidato a Director se encontraba en Concepción y anunciaba que la primera de tres obras que pondría en escena con el TUC sería El sombrero de paja de Italia de E. Saliche y Mac Michel. Pese a estos anuncios, Lillo no llegó a dirigir el elenco y los medios no volvieron a referirse al asunto, hasta mediados de 1955, en que fue publicada una declaración de Humberto Duvauchelle: “ninguno de los Directores del Teatro Experimental vendrá a Concepción, por lo menos en un tiempo cercano. Y ello se debe principalmente a dos factores: primero porque a Jorge Lillo, quien iba a ser contratado por el TUC, se le tramitó cuando estuvo en nuestra ciudad para firmar su contrato, notándose un manifiesto desinterés de las autoridades universitarias; y segundo, porque la mantención regular en la cartelera de Teatro Antonio Varas significa ingentes esfuerzos de actores y Directores del

La gradual, pero definitiva transición desde el primer actor hacia el Director como figura central en casi la totalidad del quehacer escénico chileno, de todos modos mantuvo el posicionamiento prácticamente exclusivo de artistas masculinos en el lugar de privilegio de la actividad teatral, sobresaliendo, especialmente durante las primeras décadas del movimiento universitario, la impresionante labor de maestros como Pedro de la Barra, Agustín Siré, Pedro Orthus, Jorge Lillo, Pedro Mortheiru y Eugenio Dittborn, entre otros.
La consagración del TUC: “Premio de teatro 1959” y “Laurel de Oro”
En noviembre de 1959, el TUC presentó Población esperanza en el Teatro Camilo Henríquez de Santiago. Para los medios de comunicación esto significó la culminación de la etapa más importante en el desarrollo teatral del elenco universitario, principalmente porque esta presentación fue la que lo hizo visible ante la opinión de ciertas personalidades del mundo de la crítica y del teatro radicadas en la capital del país. Estas personalidades para la prensa local eran Lucho Córdoba, Olvido Leguía, Américo Vargas, Pury Durante, Héctor y Humberto Duvauchelle. Agustín Siré, Orietta Escames, Raquel Parot, Isidora Aguirre, Manuel Rojas, Shenda Román, Kerry Keller, Meche Calvo, Ana González, Jorge Lillo, Eduardo Naveda y entre otros, Pepe Rojas.
En noviembre de 1959, el TUC presentó Población esperanza en el Teatro Camilo Henríquez de Santiago. Para los medios de comunicación esto significó la culminación de la etapa más importante en el desarrollo teatral del elenco universitario, principalmente porque esta presentación fue la que lo hizo visible ante la opinión de ciertas personalidades del mundo de la crítica y del teatro radicadas en la capital del país. Estas personalidades para la prensa local eran Lucho Córdoba, Olvido Leguía, Américo Vargas, Pury Durante, Héctor y Humberto Duvauchelle. Agustín Siré, Orietta Escames, Raquel Parot, Isidora Aguirre, Manuel Rojas, Shenda Román, Kerry Keller, Meche Calvo, Ana González, Jorge Lillo, Eduardo Naveda y entre otros, Pepe Rojas.
(Los destacados en negrillas son nuestros)

Todas las fotos (excepto las dos primeras)pertenecen a Historias del Teatro de la Universidad de Concepción http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0030021.pdf